Acosta es uno de los grandes exponentes de la neofiguración latinoamericana, defensor de la pintura lejos de la escuela academicista, se interesa en las expresiones sociales del poder.

En The end  muestra una turbadora atmósfera desde los fuertes contrastes entre la penumbra y la luz focalizada, incluye espacios arquitectónicos metafóricos, que traen a la memoria sórdidos y tenebrosos lugares, una reflexión desolada sobre el sistema social cubano y otros grandes imperios reguladores.